Con su nuevo disco el cuarteto madrileño Terrier confirma todas las virtudes presentadas en su adictivo y oscuro debut, Un cadáver en el mar (Sonido Muchacho, 2014), iniciadas desde su homónimo primer Ep, en cuyo pop agridulce ya se adivinaba algo especial. Quizá fueran sus ecos del garaje y el surf, o su actitud punk, implícita en la mayoría de sus versos, determinante sobretodo en su manera de acometer instrumentos y palabras.
Con La Plaga Terrier da un paso de gigante y se convierte en un ente mucho más grande, más luminoso y sólido, más complejo

Los Terrier
Con La Plaga la banda da un paso de gigante y se convierte en un ente mucho más grande, más luminoso y sólido, más complejo (curtido por una dilatada experiencia en carretera), que traduce en aciertos cada una de sus píldoras, a medio camino entre el pop etéreo y el post-punk. Canciones emocionantes y pluscuamperfectas, perversas, repletas de estribillos pegadizos y guitarras juguetonas («Évoli», «Y si no vuelves nunca más», «Déjate brillar», «Gafas estrábicas»), producidas con la contundencia y la profundidad que merecen por su calidad, por su carácter popular y su variedad de matices.
Sabes que no estás ante una banda cualquiera cuando esta cita a Os Mutantes y B-52’s entre sus referentes y escriben cosas como «Dos cabezas» o «Los Golpes».